jueves, 3 de mayo de 2018

Alberto Boco / Los perros cueteros

























Mientras buscaba la estrella vespertina en una fría ventana
y silbaba cuando Arturo derramaba su luz,
oí reñir a los lobos, y dije: Entonces esto
es el hombre

                       Allen Tate



festejos tradicionales y ellos aparecen
un despertar cuando medra la noche y las explosiones comienzan
andar solos por ahí hasta el ritual de lo que se pudre
y disimular en el ruido y el olor de la pólvora barata
efectos de la temporada…

sucios de arenas el gesto distraído
pelo encrespado como en un enojo
se van amontonando en el andar cansino hasta que lo avivan
donde se junta la presa casi nadie mira
tal vez algún chico que adivina y alguna mirada
otra porque intuye
gesto veloz de repente contra el estampido
fuego en la boca y otra vez hacia allá
lejos

qué canta en el fuego y el humo en el chasquido
como rama reseca que se quiebra cada vez
qué canta en la sangre y en la carrera de súbito despierta
y vos que los mirás como se mira el amor
esa química orgánica con ropa de ternura
mirar que no se nubla en el farolero simular de la época
quién sabe qué piensa –decís
detenido ahora en el alto de la mañana
como sombra contra el moverse del mar
ahí las nubes coloreando como si vos y yo no supiéramos
que nada de todo eso es intención mientras ellos están ahí
con esa cosa que raspa como espera debajo de la sangre
cada estallido que apure la caída
del que no mira duerme y se divierte mientras
ellos con la traza del viejo mapa y el ojo que parece apagado
pero detrás de la mirada esa sombra
que apenas campea
sabe y espera
desde lejos y a su modo
sabe y espera
siempre
desde bien allá



Para Pugnax (1)

(1) Nombre de un perro que integra la tripulación de un dirigible en la novela Contraluz, de Thomas Pynchon



Alberto Boco nació en Buenos Aires en 1949. Publicó Arcas o Pequeñas Señales (Libros de Tierra Firme, 1986); Galería de Ecos (Último Reino, 1989); Ausentes con Aviso (Libros de Tierra Firme, 1997); Cartas para Beb (Edición del autor, 2007), Riachuelo (Ediciones de la Quintana, 2008), Malena (Edición del autor, 2012), Visitas inoportunas (Ediciones El Jardín de las Delicias, 2012) y Estación de nosotros (Ediciones Buenos Aires Poetry, 2014). Recibió —entre otras distinciones— el Primer Premio en el Concurso Nacional de Poesía César Domingo Sioli y el Premio Ciudad de Junín, 2005. Sus trabajos han sido publicados en revistas literarias de Argentina y  otros países. El presente pertenece al poemario inédito Evanescentes, In propios y Pequeño. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Intenté tres veces. Se ve que las pruebas para publicar un texto anónimo son para neuronas más afiladas. Por las dudas llegue este comentario te agradezco la publicación, Gerardo, un abrazo! Elena Eyheremendy