lunes, 18 de mayo de 2020

Patricia Damiano / La especie






















Bajo apercibimiento de morir decapitado, convócame. Todo es atroz en el mundo de los insectos.

Vuelve al criterio único: salvar la especie.

El poema es eso, sobrevivir a toda costa. Somos el peor de los infiernos y decimos ser dichosos si el sol se alza, ineludible. Mira la lapicera deslizándose sobre el papel, ella es sierpe y perjura en la nieve.

Una noche barroca, las rodillas sobre el suelo, la inquietud de algunas danzas.

Ve por el borde hasta reconocerme. Allí me tuerzo, como una alimaña, en el estupor.

Sólo el candor te destruye al nacer, larva y placenta y túnica. Un secreto en ciernes.

Todo podría ser mentira.



Patricia Damiano (según ella misma acredita) nació en Buenos Aires y aún vive. Es poeta y promotora cultural. Sus blogs: Zoopat (https://patriciadamiano.blogspot.com/) y Calamo Currente (http://calamocurrent.blogspot.com/). Cofundadora de Biblioteca Ignoria (https://bibliotecaignoria.blogspot.com/). Cofundadora de Borges todo el año (https://borgestodoelanio.blogspot.com/). Cofundó y administra en Facebook los grupos Borges todo el año (https://www.facebook.com/groups/viaborges/) y 

Factor Serpiente (https://www.facebook.com/groups/factorserpiente/)

viernes, 8 de mayo de 2020

Alejandro Méndez / El ámbar y el humo




















El murmullo de las enfermeras
y el olor a desinfectante actualizan
la escena. Todo lo que tengo queda
reducido a una muda de ropa
en el bolso que hizo tu madre.

Preparo esta carta ahora que la cabeza
está nítida y la garganta indeleble.

Sin tiempo para pensar,
apenas en el aire notas rápidas.
Directo a las prioridades,
en los intervalos, cuando las puntadas
que bordan el vientre se dispersan.

Parecen escasas aquellas tardes
en el patio donde te sostenía al sol,
y lejanas las noches que leía
a la luz de una vela. Ahora pienso
en cómo desprenderme. La pregunta
es absurda frente al trabajo de la
naturaleza. Ella administra como
nadie el golpe de gracia y sus
derrames involuntarios.

Naciste bautizado por una apuesta
que perdí: un asado para toda la
familia por haber traído al mundo
a un varón. Te exhibí como el becerro
de oro frente a todos mis amigos.
No pude deshacer esa arcilla
por la que ahora imploro.

Carta que debiera ser un legado,
un proceso de selección minuciosa,
un reparto equilibrando la balanza
después de una corta vida;
pero la urgencia impone
—esta tarde de diciembre de 1966—
prescindir del inventario.

No habrá despedida.
Prefiero dejarte durmiendo
en el rincón frente a la ventana,
quizás con la esperanza
de alguna epifanía modesta.

Para desmentirla el ámbar y el humo
se depositarán como lluvia.
Algún día te cubrirán por completo.




Alejandro Méndez (1965) nació en Buenos Aires. Publicó los siguientes libros de poesía: Variaciones Goldberg (Ediciones del Dock. Buenos Aires, 2003); Medley (Suscripción. Larga distancia. Barcelona, 2003), Tsunami (Crunch!  editores. México, 2005). Chicos índigo (Bajo la luna. Buenos Aires, 2007). Cosmorama (Ediciones Liliputienses. Cáceres, 2013), Determinado Rumor (Buenos Aires, 2015 -2da edición, formato e-book-) y Pólder (Bajo la luna. Buenos Aires, 2014). Coordinó la primera curaduría autogestionada de poesía contemporánea argentina: laseleccionesafectivas.blogspot.com.ar. Es docente en la UNA, en la cátedra de Poesía a cargo de Alicia Genovese.


sábado, 2 de mayo de 2020

Cecilia Romana / Se hizo de noche...



























Se hizo de noche, bajó la temperatura
y recién ahora
vengo a entender que no volvés más.
No importa que digas
amo al barrio, es como mi casa, vos ya no volvés.

Ni a mí ni a nadie deberías explicárselo.
La vida es eso: alguien que llega,
después se va.

Solo que yo había guardado una esperanza,
algo chico, insignificante: esa primera imagen
tuya en el club entre tanta gente
y las dos rayas que se te hacían al costado
de la boca cuando sonreías.

A nadie más le importa, por eso, no le digas
a nadie que yo te quise
y mucho menos que alguna vez escribí sobre vos.

La vereda está toda amarilla de hojas.

Mi corazón también se está muriendo.





Cecilia Romana nació en Buenos Aires. Es escritora y licenciada en Artes y Ciencias del Teatro. Publicó ocho libros de poesía, entre ellos Aviso de obra, con el que obtuvo el Premio de Poesía Iberoamericana Sor Juana Inés de la Cruz 2006 (México, 2008) y No lo conozcas, Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2006 (México, 2007), El libro de los celos, Segundo Premio Poesía Fondo Nacional de las Artes 2009 (Buenos Aires, 2010) y Los que fueron, Segundo Premio Poesía Fondo Nacional de las Artes 2011 (Buenos Aires, 2013). Asimismo es autora de cuatro volúmenes de relatos infanto-juveniles (Norma) y de libros escolares. Bajo su curadoría, el sello Sigamos Enamoradas (del que fue editora) publicó la serie de antologías de poesía argentina Hotel Quequén. Sus poemas han sido traducidos al francés, italiano, inglés, portugués y polaco y forman parte de antologías argentinas, latinoamericanas y estadounidenses. Colabora en las revistas Fénix (Córdoba), Espacio Murena y Hablar de Poesía (Buenos Aires), como así también en el diario El Litoral de Santa Fe.