lunes, 1 de febrero de 2016

Alejandro Méndez Casariego / El moro



























Tuve un caballo moro al fin de los 50,
ijares nerviosos,
crines rizadas como un vellocino.

Nunca probó la alfalfa;
comía las peras sembradas en la tierra
y el pasto seco y duro que crece entre los cantos
a orillas del río chico.

Lo montaba en pelo,
improvisando el freno: una soga basta
con un nudo en el medio
como me habían contado que lo hacían los indios,
sin rebenque ni espuelas,
según había leído que hacían los beduinos.

Lo dejaba trotar a su antojo
y él encontraba siempre
un sendero trazado en lo bajo del monte,
abierto a un cementerio de nogales
-troncos blancos como huesos de gigantes caídos-
una desdibujada ciudadela de pircas
con restos de fogones,
y el olor ominoso del tiempo suspendido.

Allí se detenía y husmeaba por un rato
el aire espeso y dulzón del mediodía
más tarde desandaba el camino
con el paso indiferente
de quien ha visto todo lo que vale la pena.

Me contaron que era un falso moro
pigmentado por un error de la naturaleza
con el tinte de los caballos del desierto.
Hijo de un bayo y una overa mestiza
que había corrido con alguna suerte en las cuadreras.

No me importó demasiado.
Repetí algunos años el ritual de montarlo
y bajar hasta el valle
donde no andaba un alma
salvo, tal vez, la de la tierra
que después de la lluvia
remontaba su espectro en la baja neblina.

Después
ya no hubo moro.

No recuerdo si murió, lo vendimos
o quizá un viento fuerte
lo hundió en la noche definitiva de la infancia
lo estampó para siempre
en el lienzo de lo que no regresa.

No retengo el olor, ni el momento preciso
de lo que sí me acuerdo

es que nunca pude encontrar el vallecito de las pircas
el sendero de los nogales caídos
y nunca volví a sentir del mismo modo
el olor de la tierra



Alejandro Méndez Casariego (Buenos Aires, 1952). Estudió Profesorado de Historia en la UNC. Desde el 2001 al 2007 condujo, junto a otros poetas, el ciclo de poesía «El Orate y la Musa». Publicó los poemarios El Elefante de Cartón (2003)Los Réprobos (2007) y Los Dioses del Hogar (2015).

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