Larva afanosa es el tiempo una dedicación tenaz la desliza por tus hombros y a ciegas por la axila mortaja en los hilados de un capullo inminente la pupa que opalina circunvala aberración de este dejar retazos dolidos, a medio comer serosas palabras en lo verde, filtros acuosos a contraluz, nervaduras raquíticas como candelabros por eso ahí va esa larva y reviste tus hurtos, ambiciones de cosa eterna y del instante como un polen de luz, unas alas las reviste, ahí va, con pericia de sastre repasa estas líneas, palpa les ciñe por el talle y las junturas ¿qué dirán así? ¿qué a la luz? ahí va, entreabre las hebras bien tensas ¿qué dirán? y las encera con su labio de gusano y el silencioso encaje revela en su tersura que el tiempo es un reptar, un escurrirse a estirón y arruga intercalados y una detención tras el velamen plegado en las filminas sedosas últimos bordados que por un hilo la boca de este gusano sorbe o sopla en derredor su estambre, beso silbado adiós reticulado en justas medidas para irte hacia dentro al nudo corredizo palpitante en la trama que habrá de vestirte hasta nacer. Daniel Chao (1988) es estudiante de la carrera de Filosofía en la UBA y docente en Avellaneda. Ha publicado la plaqueta de poemas Crónicas de Segundo Semestre (Larvas Marcianas, Sgo. del Estero, 2017) y ha participado en diversas antologías nacionales y latinoamericanas. Se dedica a la traducción de textos de griego antiguo y latín. Forma parte de la Comisión de Memoria del MoCaSE-VC.
¿Y si creyéramos estar donde en realidad no estamos todavía, si no fuera un sueño hasta que el bullicio de los inquietos en su ardiente vaivén nos despierta? De repente, nada se nos parece tanto como el miedo gran señor que nos bendice con su boca fría, nos arrastramos cuerpo a tierra para que las balas lluevan sobre nosotros sin arrojarnos fuera. No llego a decirte nada, por mucho que hable. Dejarse llevar no debería ser lo mismo que permanecer idénticos, temerosos, pretéritos. Contemplo un cuadro que consiste en una pintura en blanco, con su marco blanco sobre la pared blanca y justo enfrente estoy yo parada sin un gesto más que el mismo corte de mi silueta inmóvil sobre la obra. Nos mezclamos así, sin habernos siquiera tocado. Nos dejamos así: bellos y jóvenes para siempre. Melisa Mauriño (Buenos Aires, 1985) es licenciada en psicología por la Universidad de Buenos Aires. Escribe poesía y narrativa. Publicó los poemarios La piel de la oruga (Viajero Insomne, 2016), La Dalia Negra y otros poemas criminales (Al Filo Ediciones, 2019) The Joke [la broma] a tribute to Joker (mardelobos, 2020), El vientre del lobo [un cuento oscuro] (Tanta Ceniza Editora, 2020). Publicó su primera novela Nínfula (mardelobos, 2019) -libro I de La Trilogía de lo perdido- de manera independiente y autogestiva. Sitio web: https://licmelisamaurino.wixsite.com/expresionismolirico Facebook: https://www.facebook.com/melmaurino/ Instagram: ninfula.mm
hable de lo que hable habla de cosas que caminan en la luz de la noche fuma tose y se ríe tose y habla de la luz de la noche fuma y se ríe tose y camina en sueños en mis sueños camina Isaías Garde es un escritor argentino nacido en 1961. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Milonga inconclusa (Habitat 12, 2015) y Variaciones sobre un mundo cuadrado (Glifo, 2014). Actualmente trabaja en un volumen de traducciones de poesía norteamericana y en otra colección de poemas de inminente aparición, Máquinas del tiempo. Coordina talleres de creación literaria (ver http://isaiasgarde.blogspot.com.ar).