Polémico, frontal, quizás alguien piense "hasta excedido"... Nadie puede negar que Fondebrider es también sincero en sus pareceres. Ni tampoco furtivo u oculto: su capacidad de arremeter con sus opiniones (¿cuánto hace que no escuchamos a alguien opinar en voz alta, aun a sabiendas que lo que diga no va a ser bien recibido?) sólo es superada por su buen apetito/humor (tache lo que no corresponda).
Van algunas fotitos del encuentro...
Además, nos visitaron las chicas de SubJAZZente que nos rompieron todo: el corazón, los prejuicios acerca de la música en el subte y el equipo de audio... ¡Gracias, chicas!
martes, 31 de julio de 2007
jueves, 19 de julio de 2007
Más poemas de Fondebrider
de: "Imperio de la luna"
Sophie
Curioso mecanismo el que la pone
a un dedo humedecido de mi suerte.
Hermosa, playa de sí, muy alta
como esas mujeres del todo inalcanzables
desnudas en la página central.
Pero un perfil no basta ni la excusa
de diecinueve años
y todo por delante fresco y nuevo
dispuesto a fracasar.
Sophie me dura una semana.
Imperio de la luna
Que siga el mar
barriéndonos la playa entre los cerros
con humo de cigarro por las nubes
y estrellas navegantes.
Puede seguir el mar.
La luna es lo que veo:
la piedra en la avenida,
lo blanco y lo real de cada noche.
Sin fe
Aquí me duele el pecho,
mezquino los aplausos y ella duerme.
Verdad es otra cosa:
soy yo el que está perdido,
es esta la memoria que no tengo,
son otras las palabras.
Canto mal
Lo que esta voz tan ronca está queriendo,
tratando de decir... Todo se aprende.
El resto es un milagro.
Por o contra
De acuerdo con respuestas recibidas
uno cree o ya no cree.
Cada cual está lanzado.
La historia que desfila muestra el puño.
No se puede vivir con un "quisiera".
De "Standards"
How deep is the ocean
Era una tarde así, no la verdad:
la idea del mar, sus huesos en la arena
cuando el sol se hundió detrás del horizonte
profundo y para siempre.
Line for Lyons
a la memoria de Chet Baker
Era joven.
Después perdió los dientes,
cayó por la ventana.
Ahora es la gárgola asomada al curso de este río.
El río divide la ciudad bajo la lluvia.
La lluvia no cesa de caer.
Un día me arrancará los últimos cabellos.
Va a destruir lo que queda del león.
Lush life
Lo vulgar reposa en convenciones
igual que la belleza:
telaraña que aumenta con los días,
postales de París
y todos esos sitios a los que llaman Ritz
y nada significan.
They can´t take that away from me
Es difícil tolerar que los recuerdos
dependan de una casa.
Pero esta casa tiene mis recuerdos
y si me voy, aquí se quedan.
Por más que ponga todo en mis valijas
sombras de amor no se descuelgan,
se mueren con la casa.
Sophie
Curioso mecanismo el que la pone
a un dedo humedecido de mi suerte.
Hermosa, playa de sí, muy alta
como esas mujeres del todo inalcanzables
desnudas en la página central.
Pero un perfil no basta ni la excusa
de diecinueve años
y todo por delante fresco y nuevo
dispuesto a fracasar.
Sophie me dura una semana.
Imperio de la luna
Que siga el mar
barriéndonos la playa entre los cerros
con humo de cigarro por las nubes
y estrellas navegantes.
Puede seguir el mar.
La luna es lo que veo:
la piedra en la avenida,
lo blanco y lo real de cada noche.
Sin fe
Aquí me duele el pecho,
mezquino los aplausos y ella duerme.
Verdad es otra cosa:
soy yo el que está perdido,
es esta la memoria que no tengo,
son otras las palabras.
Canto mal
Lo que esta voz tan ronca está queriendo,
tratando de decir... Todo se aprende.
El resto es un milagro.
Por o contra
De acuerdo con respuestas recibidas
uno cree o ya no cree.
Cada cual está lanzado.
La historia que desfila muestra el puño.
No se puede vivir con un "quisiera".
De "Standards"
How deep is the ocean
Era una tarde así, no la verdad:
la idea del mar, sus huesos en la arena
cuando el sol se hundió detrás del horizonte
profundo y para siempre.
Line for Lyons
a la memoria de Chet Baker
Era joven.
Después perdió los dientes,
cayó por la ventana.
Ahora es la gárgola asomada al curso de este río.
El río divide la ciudad bajo la lluvia.
La lluvia no cesa de caer.
Un día me arrancará los últimos cabellos.
Va a destruir lo que queda del león.
Lush life
Lo vulgar reposa en convenciones
igual que la belleza:
telaraña que aumenta con los días,
postales de París
y todos esos sitios a los que llaman Ritz
y nada significan.
They can´t take that away from me
Es difícil tolerar que los recuerdos
dependan de una casa.
Pero esta casa tiene mis recuerdos
y si me voy, aquí se quedan.
Por más que ponga todo en mis valijas
sombras de amor no se descuelgan,
se mueren con la casa.
lunes, 16 de julio de 2007
Jorge Fondebrider en El Orate en nuevo lugar
algunos poemas de Jorge Fondebrider
Alfabetos
El ronco mecanismo de un motor hace que el vidrio vibre.
La noche es gutural, es consonante
y apenas pasas las horas subrayadas
por el ruido sordo de la estufa,
del ascensor que baja,
de una sirena salida de las sombras.
La lengua del insomne se apoya en cavidades
y el aire transcurre por los huecos
que le deja el entresueño a la vigilia.
Los días, sin embargo, son vocales
delante de un espejo, la radio, el desayuno,
cerrar con doble llave y ver el mundo
golpeando contra el yunque de la luz.
Y así resultan sílabas porfiadas,
que, unidas, confirman las palabras
de la mañana misma, cuando empieza
la propia oscuridad.
El Liffey
Cuando se sale el primer día del hotel
el mundo es siempre muy hermoso. Y está el Liffey.
El cauce de este río, que arrastra poco agua, divide la ciudad:
de un lado están los pobres con sus voces y el pelo colorado;
del otro, el sur que piensa detrás de las puertas amarillas.
En las orillas negras no hay pájaros ni nada.
Sólo hay un lecho oscuro
como las chimeneas de la ciudad de Dublín
que humean para el viento, exactamente al sur,
en el extremo justo del invierno
cuando son frías las monedas.
Una razón
Busqué una imagen que no entra en el presente austero y obligado de estos días.
Los pensamientos que ahora, apenas hilvanados,
dependen de la agenda
remiten a un pasado que ya no reconozco como propio.
Por eso canto el mar, que me es ajeno.
Lenguas
Eliot dijo que podemos conmovernos
oyendo recitar un poema en una lengua de la cual
no entendemos ni una sola palabra.
Por eso fui, para escuchar
a qué sonaba eso.
Y aquel poeta que
parado delante de un atril y un poco despeinado,
probablemente no sabía que yo era un extranjero
que me había elegido a mí.
El hombre recitaba mirándome a los ojos.
Yo quería, y en realidad deseada,
justificar mi tiempo oyendo recitar esos sonidos, conmoverme.
Después de cada verso él me observaba
haciéndome su aliado, pidiéndome el apoyo
que sólo una mirada que no entiende puede dar
mientras el mundo tiembla en el espacio
y dos personas piensan.
Tesorería
Darwin observa los pinzones.
Después, en Inglaterra, afianza su teoría
y Spenser la corrompe.
Habrá entonces que esperar por más de un siglo
a que los genios locales se den cuenta
de que pagando un mes después
y un viernes por la tarde,
la plata de un cheque miserable
trabaja el sábado y domingo,
y la ganancia aumenta
a expensas del trabajo de los otros.
Alejandro
No fue por el tío de mi padre,
que se hizo rico fingiendo ser un óptico en los pueblos de provincia
y me llevaba al jockey club a ver a sus caballos.
Ni fue por ese primo al que le dimos techo
y una sombra de familia cuando lo echaron de la casa,
pero ni siquiera vino a los entierros.
Por otra parte, Martín no me gustaba
y ella no quería José Luis,
Gustavo apenas prosperó por unos días
y no pude convencerla de Guillermo.
Por eso fue Alejandro, que nos encuentra grandes,
cansados de antemano,
con muy poco dinero,
muy contentos.
Jorge Fondebrider
de Los últimos tres años (Libros de Tierra firme)
El ronco mecanismo de un motor hace que el vidrio vibre.
La noche es gutural, es consonante
y apenas pasas las horas subrayadas
por el ruido sordo de la estufa,
del ascensor que baja,
de una sirena salida de las sombras.
La lengua del insomne se apoya en cavidades
y el aire transcurre por los huecos
que le deja el entresueño a la vigilia.
Los días, sin embargo, son vocales
delante de un espejo, la radio, el desayuno,
cerrar con doble llave y ver el mundo
golpeando contra el yunque de la luz.
Y así resultan sílabas porfiadas,
que, unidas, confirman las palabras
de la mañana misma, cuando empieza
la propia oscuridad.
El Liffey
Cuando se sale el primer día del hotel
el mundo es siempre muy hermoso. Y está el Liffey.
El cauce de este río, que arrastra poco agua, divide la ciudad:
de un lado están los pobres con sus voces y el pelo colorado;
del otro, el sur que piensa detrás de las puertas amarillas.
En las orillas negras no hay pájaros ni nada.
Sólo hay un lecho oscuro
como las chimeneas de la ciudad de Dublín
que humean para el viento, exactamente al sur,
en el extremo justo del invierno
cuando son frías las monedas.
Una razón
Busqué una imagen que no entra en el presente austero y obligado de estos días.
Los pensamientos que ahora, apenas hilvanados,
dependen de la agenda
remiten a un pasado que ya no reconozco como propio.
Por eso canto el mar, que me es ajeno.
Lenguas
Eliot dijo que podemos conmovernos
oyendo recitar un poema en una lengua de la cual
no entendemos ni una sola palabra.
Por eso fui, para escuchar
a qué sonaba eso.
Y aquel poeta que
parado delante de un atril y un poco despeinado,
probablemente no sabía que yo era un extranjero
que me había elegido a mí.
El hombre recitaba mirándome a los ojos.
Yo quería, y en realidad deseada,
justificar mi tiempo oyendo recitar esos sonidos, conmoverme.
Después de cada verso él me observaba
haciéndome su aliado, pidiéndome el apoyo
que sólo una mirada que no entiende puede dar
mientras el mundo tiembla en el espacio
y dos personas piensan.
Tesorería
Darwin observa los pinzones.
Después, en Inglaterra, afianza su teoría
y Spenser la corrompe.
Habrá entonces que esperar por más de un siglo
a que los genios locales se den cuenta
de que pagando un mes después
y un viernes por la tarde,
la plata de un cheque miserable
trabaja el sábado y domingo,
y la ganancia aumenta
a expensas del trabajo de los otros.
Alejandro
No fue por el tío de mi padre,
que se hizo rico fingiendo ser un óptico en los pueblos de provincia
y me llevaba al jockey club a ver a sus caballos.
Ni fue por ese primo al que le dimos techo
y una sombra de familia cuando lo echaron de la casa,
pero ni siquiera vino a los entierros.
Por otra parte, Martín no me gustaba
y ella no quería José Luis,
Gustavo apenas prosperó por unos días
y no pude convencerla de Guillermo.
Por eso fue Alejandro, que nos encuentra grandes,
cansados de antemano,
con muy poco dinero,
muy contentos.
Jorge Fondebrider
de Los últimos tres años (Libros de Tierra firme)
domingo, 1 de julio de 2007
la noche de la voz de Alberto Muñoz
Qué linda noche la del jueves. Estaba helado, sí, las calles vacías y nosotros resistiendo, pese a todo, con poesía.
Entrevista jugosa, ida y vuelta. Y la hermosa voz del poeta, la voz que no cambia a pesar del tiempo, resignificando textos al terminar la noche.
Algunas fotos, sacadas con celular- estamos cada día más pobres o más modernos?-
A todos los que vinieron, por su compañía..gracias!
Nos vemos en julio!
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